espués de meditarlo desde el tomismo más rancio, pienso que el limbo es un estado de felicidad contemplativo de Dios, como si dijéramos "desde fuera", mientras que la salvación propiamente dicha es una participación "interna", desde dentro, de la vida divina.
Ya Dante ponía a las almas puras, pero no bautizadas, en una situación parecida. Luego os busco la cita.
Malcontent
el 26 de abril de 2007
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