
Tras la lectura de Apoc.16,20: Et omnis insula fugit, consideramos poco prudente exiliarnos a Malta a la vista de su posible porvenir cataclismático.
Yo soy el grito reaccionario, el alarido telúrico de las tierras de España que llora y ensalza sus hijos sacrificados por la Fe y la Patria, y no cederé a las hordas masonas. Porque en estos miserables momentos de decadencia, yo soy la conciencia nacional. Yo, el insobornable paladín de la Tradición y el vengador de la inocente y dulce María Antonieta.
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