Yo soy el grito reaccionario, el alarido telúrico de las tierras de España que llora y ensalza sus hijos sacrificados por la Fe y la Patria, y no cederé a las hordas masonas. Porque en estos miserables momentos de decadencia, yo soy la conciencia nacional. Yo, el insobornable paladín de la Tradición y el vengador de la inocente y dulce María Antonieta.

--Malcontent


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martes, 13 de noviembre de 2007

Islam y judaísmo

racias Cruz por tus matizaciones. De todos modos permitid que abunde. El Islam odia a España y al catolicismo; el judaísmo odia a España y al catolicismo. Y ambos odiaban a España y al catolicismo mucho antes de que España y el catolicismo les hicieran nada.

Como católico y español no puedo sino verlos como hostiles. Que se maten entre ellos, por supuesto. No quiero ni imaginar lo que podría ser en este caso una alianza de civilizaciones (semitas) contra el enemigo común.

El islam, a pesar de todo, es un exabrupto histórico que tarde o temprano desaparecerá. Pero el judaísmo es un problema muy serio. Porque los judíos no odian a los simples gentiles (los goyim incluso pueden ser objeto de cierta condescendencia), ni siquiera odian a los nazis (el sionismo es nacional-socialismo puro). A quien odian es a la Iglesia católica, por motivos que nada tienen que ver con la política, sino con la teología. Ya las persecuciones romanas fueron azuzadas en buena medida por la sinagoga, pero modernamente la envidia de haberles sido quitado el Reino y entregado a otros, es algo que no pueden soportar. Odian a la Iglesia por envidia de la Gracia (pecado contra el Espíritu Santo), y mientras persistan en ello, la historia de la Salvación no se resolverá, pues Cristo no volverá hasta que clamen: bendito el que viene en nombre del Señor. Y parece que la cosa va para largo.

El judaísmo, habiendo perdido el protagonismo en la historia de la salvación, pero vinculado escatológicamente a ella, no puede ser sino un elemento de perturbación contra el que no cabe ninguna medida sumaria más que la de los Reyes Católicos. El judaísmo no puede ser vencido porque Dios les reserva, pero tampoco puede vencer porque aquellos que dicen ser judíos, pero no lo son sino que mienten,"Yo haré que se postren ante ti y reconozcan que te he amado". Lo único que se puede hacer con ellos es soportarlos con paciencia martirial. Las grandes campañas de propaganda anticatólica internacional son judías. Y sin embargo lo único que hay que hacer contra ellos es: nada. "Quien matare a Caín lo pagará siete veces"; que se lo pregunten Hitler.

Malcontent
el 1º de agosto de 2006



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